Malasia se ha convertido en mi país preferido del Sudeste. Entre los paisajes increíbles, un idioma fácil de aprender y las libertades migratorias para entrar y salir a discreción, no es difícil entender mi decisión.
Primero estuve en Borneo, donde la joyita es el Parque Nacional Bako, y meses después me encontré con una amiga en Kuala Lumpur y viajamos a dedo durante 44 días por toda la península.