Fueron casi cuatro meses en tierras tailandesas. Claro, en el medio metí una escapada a Uruguay para cumplir con el deber ciudadano, pero sigue siendo un montón de tiempo. No me tiembla la voz para decir que Tailandia derrumbó todos mis prejuicios y se convirtió en uno de mis países preferidos del Sudeste y diría que en general.
Fue el tercer destino de viaje compartido con mi amiga Mercedes. Empezamos haciendo housesitting en Phuket y seguimos a dedo por diferentes rincones del sur de Tailandia. Cuando regresé de Uruguay nos volvimos a reencontrar en Phuket y lentamente enfilamos para el norte, no sin pasar a visitar a Nu y Meaw en Chumpon y festejar el cumple de Mer en Koh Phangan.
El pasaje por Bangkok fue demasiado fugaz así que en algún momento necesito volver. Esa ciudad es maravillosa y apenas pude disfrutarla un día. El norte fue otro viaje, mucho frío y montaña. Alquilamos moto varias veces y eso nos dio un montón de libertad.