Itinerario de viaje por Nueva Zelanda – Isla Norte

Antes de instalarme en Australia me encontré con mi amigo Vitto en Nueva Zelanda para recorrer las dos islas en un mes. Para él significaba un paréntesis entre sus dos años de trabajo en Australia, para mi esto recién comenzaba. En este artículo te cuento todo lo necesario para disfrutar las maravillas de la Isla Norte de Nueva Zelanda.

Isla Norte

Recorrido por la isla Norte: 2 semanas

Auckland y península norte

Aterricé en Auckland el primero de enero de 2018. Vaya forma de arrancar el año: en pleno vuelo transatlántico. El ajuste de 16 horas en el reloj biológico hizo los primeros días en la capital kiwi un poco difíciles. Así y todo, me tomé un ferry a Waiheke para pasar el día en la playa: una de las tantas islas que están cerca de la costa de Auckland.

Mujeres caminando por la playa de Onetangui
Playa Onetangi, Isla Waiheke.

Vitto llegó unos días después e intentamos conocer Auckland a pesar del mal tiempo; un fuerte temporal estaba acechando desde el norte. Los próximos 4 días los pasamos con Alvarito, un compañero de facultad de Vitto que hace 2 años trabajaba en un tambo al norte de Auckalnd. Con él recorrimos la península norte, con las facilidades que implica tener auto y viajar con alguien que conoce. Las cortas distancias te permiten pasar rápidamente de la inmensidad de las Whangarei falls o la paz de un camping en Tutukaka, al glamour de Pahia.

Whangarei falls cataratas
Vimos un cartel y decidimos desviarnos; las ventajas de andar en auto.

Viajar sin reservas ni planes fijos te predispone a que cosas extrañas sucedan. Se nos venía la noche y no conseguíamos ningún lugar para acampar. Paramos en un almacén de un balneario topísimo y preguntamos por un camping o alojamiento barato. Una de las chicas nos intenta explicar, pero lo único que retengo es su acento. “¿Vos hablas español?”. Florencia: una argentina que dividía su jornada laboral entre el almacén y un hotel sobre la playa. Nos dijo que vayamos al hotel y hablemos con la dueña como si fuésemos sus amigos, a ver si nos dejaba armar la carpa en el patio. Terminamos durmiendo en una habitación frente al mar, por lo mismo que habíamos pagado en el camping de Tutukaka. 

Al día siguiente seguimos rumbo al norte, con el objetivo Cape Reinga y las dunas gigantes. Los uruguayos fanáticos de Valizas tal vez no se impresionen con las dunas, pero tienen su encanto. La costumbre es llevarse el viejo y querido morey para deslizar duna abajo. O alquilar uno ahí, siempre hay alguien lúcido para los negocios.

Dunas gigantes
No me dio para tirarme con el morey, pero bajar corriendo ya es divertido.

Cape Reinga es un lugar especial para la cultura Maori, se dice que allí es donde los espíritus de los muertos entran al inframundo. Más allá de eso, es un lugar espectacular, donde se puede ver el encuentro entre el mar de Tasmania y el océano Pacífico.

De vuelta en Whangarei nos despedimos de Alvarito y empezamos a viajar cómo más me gusta: couchsurfing y auto-stop. Nos alojamos con Earnest, un talentoso tatuador y encima super hospitalario. Si les interesan los tatuajes maoíes pueden ver su trabajo acá, es un fenómeno.  Al otro día nos llevó hasta la ruta y no pasaron 10 minutos para que unas chicas alemanas nos levanten.

Península de Coromandel

Nuevamente en Auckland había que tomar una decisión: ¿alquilamos un auto? Habíamos comprobado que hacer dedo era posible y hasta fácil, pero pensando en todo lo que queríamos recorrer terminamos optando por resignar gran parte de nuestro presupuesto, pero ganar en libertad. La opción más barata fue de NZD 800 por los 20 días. Algo así como NZD 22 por día cada uno, aproximadamente USD 15. El auto no solo será nuestro medio de transporte, sino también nuestra casita varias noches para ahorrar en alojamiento. La mayoría de las veces salió bien, pero ya sobre el final del viaje nos ganamos una multa que dolió profundamente a nuestro orgullo y bolsillo: NZD 200 por dormir en el auto en la vía pública. Moraleja: asegúrate donde estás estacionando el auto, lo que parece un bosque alejado de noche, puede ser un popular parque que la gente va desde las 5 de la mañana a correr y pasear el perro.

Salimos de Auckland rumbo a la península de Coromandel, donde tendremos los mejores días de playa en tierras kiwis. Pasamos unas noches en Tairua para seguir rumbo a la Hot Water Beach y Hahei. Ésta última fue de las mejores playas que conocí en Nueva Zelanda. Pero la Hot Water no la recomiendo, a menos que te encanten las aglomeraciones de gente, niños por todos lados y nada especial salvo las aguas calientes que pasan por debajo y le dan nombre a la playa.

Pintoresco barco paseando por Hahei
Hahei: de las mejores playas que conocimos en Nueva Zelanda.

Nuestro recorrido por las dos islas fue en gran medida pautado por los campings DOC, Department of Conservation. Si bien hay algunos gratis, la mayoría oscilan entre 8 y 13 dólares por noche. Los recomiendo altamente, pueden bajarse los mapas y guías para la isla norte y la sur en este link. Así fue que terminamos en Waikawau. Para llegar hay que atravesar dos o tres montañas, la ruta no es fácil y de haber sabido de antemano tal vez lo pensaba dos veces, pero al final valió la pena.

Hay dos lugares en la isla norte que mucha gente recomienda: Hobbiton y las cuevas de Waitomo. No fuimos por razones distintas. Hobbiton implicaba un gasto importante, y ninguno de los dos era tan fanático del Señor de los Anillos como para justificarlo. De todas maneras, es un tour altamente recomendado y tal vez, si un día vuelvo a Nueva Zelanda, cambio de opinión.  Las cuevas de Waitomo nos quedaron a trasmano de la vuelta que estábamos haciendo, y muy a mi pesar decidimos no desviarnos tanto. ¿Me arrepiento? No, pero es una de las razones por las que volvería a tierras kiwis en algún momento.

Rotorua y Wellington

El próximo destino era Rotorua. Cómo estábamos llegando de noche decidimos parar en el bosque antes de la ciudad y dormir ahí, con el auto escondido. Al otro día nos recibiría Elijah: nuestro couchsurfer local. Rotorua es la ciudad con mayor porcentaje de población maorí y conocida por la actividad geotérmica: hay géisers y piscinas naturales por todos lados, lo cual se traduce en un importante olor a podrido continuo. Pero después de unos días te acostumbras… o no

El problema de Rotorua es que casi todas las actividades son pagas (y caras). Gracias a Earnest, nuestro couchsurfer en Whangarei, descubrimos Kreosene Creek: piscinas calientes naturales abiertas las 24 hs y sin tener que pagar entrada. Entre esto, el Redwood forest y Kuirau Park, también gratuitos, ya te podes dar por cumplido con Rotorua sin comprometer el bolsillo.

Bosque de Redwood
En Redwood hay muchísimos senderos para hacer caminando o en bicicleta.

Seguimos camino rumbo al Parque Nacional Tongariro, que tiene uno de los treking más famosos de Nueva Zelanda. Acampamos en un camping DOC de la zona y salimos temprano. Pero malas noticias: llovía a cántaros. Llegamos a la entrada, donde comienza el treking, y a pesar de estar repleto de autos, la visibilidad era casi nula. El pronóstico era malísimo para los siguientes días también, así que subimos al auto y con la frente marchita arrancamos para Wellington. Hay quienes recomiendan dejar cosas pendientes en un viaje para tener la excusa de volver:  las cuevas de Waitomo y el treking de Tongariro son las mías.

En el mapa descubrí un pueblo llamado Levin, como mi apellido. Quería ir, aunque sea para tener una foto. Levin nos sorprendió con un hermoso centro cultural: jugamos al ping pong, robamos un poco de wifi y recorrimos la biblioteca para seguir viaje rumbo a Wellington.

Acá viene uno de mis mayores recomendados de Nueva Zelanda: el museo Te Papa Tongarewa – Museum of New Zealand. Nunca pensé que un museo entraría en mis lugares favoritos de un país con tanta naturaleza y paisajes alucinantes. Además de las exposiciones permanentes sobre la cultura maorí y la historia, geografía y fauna de Nueva Zelanda, hay exposiciones itinerantes. Es muy interactivo, ideal para niños, didáctico y con un edificio muy cómodo. Encima la entrada es gratuita, no hay excusas para perdérselo.

¡¡No te pierdas nuestro recorrido por la isla Sur!!